Ahora que mandé el Post anterior hablando del Uritorco, con las cosas que ya casi todos saben bien, quería contar lo que me acuerdo de mis experiencias vividas allí.
Esto fue en la época en que nos reuníamos para los talleres de Metafísica de Lina. En cuanto me hablaron de la posibilidad de ir al Uritorco yo no hice más que esperar ese día, y cuando el día por fin llegó...
Salimos muy de noche de donde vivía Lina en ese momento, yendo todos en varios autos que se demoraron por el camino al menos en tres ciudades importantes. Hubo una cena en Cañada de Gómez, luego nos quedamos más de una hora en Rosario y después de atravesarla a lo ancho, seguimos nuestro itinerario.
Llegamos a Capilla del Monte después del mediodía para alojarnos en un pequeño hotel de la avenida Edén... (Back to Eden!); al día siguiente iríamos al Cerro.
Desde la ciudad, pasando junto a una iglesia ubicada en una cuesta, se llega al camino de un kilómetro aproximadamente, que conduce a la base del Cerro. Entonces se encuentra un mirador con una escalera a la izquierda. Luego se cruza el río por las piedras o bien por el puente del lado opuesto; detrás de la casa está el camino que lleva al Valle de los Espíritus.
A eso de las 17:00 comenzamos el ascenso, y luego de un recodo muy agudo yo hice un dibujo rápido de lo que se veía a poca altura, mirando hacia poniente.
Por la mitad del trayecto -cuando aún era de día-, desde donde estábamos se veía, perpendicular y mucho más lejos, otra parte del camino que después bordeaba el cerro.
Cerca del Valle el camino parece llegar a su fin, pero a pesar de que ya eran más de las 20:00 o 21:00 todos pudimos llegar al Valle luego de pasar o trepar por unas rocas. Más tarde hice allí otro dibujo, mostrando lo que se veía de espaldas a la "entrada" del Valle y con la Luna casi detrás de unos cerros.
Entonces empezó la tradicional serie de avistamientos... No pude ver mucho más que eso, pero ya era fascinante ver las luces atravesando la noche en línea recta, a mucha altura, apareciendo de repente y desvaneciéndose de igual modo.
Algunos además las ven subir y bajar como perdiéndose detrás de los cerros... Como si ingresaran en la ciudad etérea cuyo reflejo al otro lado de la Tierra, es Shamballah.
Otras personas parecen haber hecho contacto con los seres que viven allí o sobrevuelan la región; no sé cuánto de esto será verdad.
Luego de estar un rato durmiendo, al despertar encontré alrededor todo blanco... Era la niebla que bajaba de la cumbre, llegando a casi medio metro de altura. Ya no se veían las luces, así que exploré un poco y volví a mi carpa.
La mañana siguiente, después de regresar al hotel y quedarnos uno o dos días, fuimos hacia Córdoba para conocer la Iglesia de la Compañía de Jesús, donde por un momento me llamaron la atención unas aberturas cuadradas muy pequeñas, colocadas en columnas y filas debajo de las ventanas, hasta que pude ver palomas saliendo y metiéndose en esas aberturas.
Finalmente, creo que tras la última cena provinciana tomamos la ruta 9 de vuelta a Buenos Aires.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario