lunes, 30 de abril de 2012

"May All Beings Everywhere be Peaceful and Happy"

Lokah Samastá Sukhino Bhavantú

"May All Beings Everywhere be Peaceful and Happy",
es aproximadamente, el significado de este Mantra,
para bendecir a todos los seres vivientes del Universo.


Los animales; salvajes en su mayoría
pero sólo en comparación con nosotros...
Y no viven pensando en matar,
mucho menos a nosotros.

(Esto tendría que haber venido ayer,
en relación al Día del Animal).

Si contamos únicamente a los que nos prestaron su ayuda o solicitaron la nuestra sin ir directamente a devorarnos, el ejemplo más emblemático es el del León que encontró al esclavo Androcles. Pero tan sólo en la edad antigua hay registrados muchos más casos.
Empezando por los Perros, uno ayudó a descubrir al profanador de un templo dedicado a Asclepios; otro, en Sicilia, puso en evidencia ante su amo la infidelidad de una esposa.
Un Perro, después de permanecer tres días sin abandonar a su amo asesinado, tiempo después de que lo adoptaran reconoció y delató a los asesinos ante el Rey que lo cuidaba por entonces.
Los de Erígone, del rey Lisímaco, de Silanio y de Darío III, prefirieron seguir a sus dueños en la muerte, antes que abandonarlos siguiendo con vida.
El del actor ateniense de tragedias, Polo, al morir su dueño y ser quemado en la pira saltó a las llamas para arder junto con él. Lo mismo hicieron las Perras de Eretria, al ver el cadáver del soldado Méntor incinerado allí.
Por último, cuando un romano fue asesinado en una guerra civil, sus muchos enemigos no pudieron acercársele para conseguir el valioso botín de su cabeza; pues allí estaba el Perro a quien el romano había criado.

Otros cánidos:

Dicen que el Chacal es el animal más amigo del hombre; como que, cuando se encuentra con uno, lleno de respeto hacia él le cede el paso y si ve que otra fiera le maltrata, sale en su defensa.

Delfines:
Un individuo de Bizancio llamado Leémidas cuenta que, mientras navegaba costeando la Eólide, vio con sus propios ojos, en la ciudad llamada Poroselene, un Delfín domesticado que vivía en la playa y que se comportaba con los naturales como si fueran amigos personales. Y refiere que una pareja de ancianos alimentaba a este hijo adoptivo ofreciéndole los más apetitosos bocados. Además, el hijo de los ancianos era criado juntamente con el Delfín y el matrimonio cuidaba de ambos, y, en cierta manera, a causa de la convivencia el muchacho y el cetáceo poco a poco llegaron a amarse el uno al otro. Resultó, pues, que el Delfín amaba ya a Poroselene como a su patria y cogió tanto apego al puerto como a su propio hogar y, lo que es más, devolvía a los que habían cuidado de él el pago del alimento que le habían procurado.
En Eubea, los Delfines colaboraban siempre con los pescadores del lugar, siendo luego recompensados con una buena parte de la pesca obtenida.
Un hombre llamado Cérano, Pario de nación, dio dinero, a manera de rescate, a unos pescadores de Bizancio para que dejaran libres a unos Delfines que habían caído en la red. Y a esta acción los delfines correspondieron agradecidos. En efecto, navegaba, en cierta ocasión, en una pentecóntora -según se dice- que llevaba a bordo a algunos Milesios, y en el estrecho que hay entre y Paros volcó la nave, pereciendo todos menos Cérano, al que salvaron unos Delfines, devolviendo así el beneficio que anteriormente habían recibido del personaje. Y en el lugar en que depositaron a éste, después de transportarlo a nado sobre sus lomos, hay un promontorio con una roca que forma una caverna. Y el lugar se llama Ceráneo.
Algún tiempo después murió Cérano y lo incineraron cerca del mar.

Cuando los Delfines se enteraron del lugar de la incineración acudieron todos en grupo, como si fueran a un funeral, y, mientras se mantuvo vivo el fuego de la pira, permanecieron junto al cadáver como un amigo junto a otro amigo.
Y cuando se hubo extinguido el fuego, se retiraron a nado.


Caballo de Antíoco: Vengó a su dueño matando al Gálata llamado Centoarantes, el cual degolló al rey en la batalla.

Elefantes:
Un domador Indio adoptó una cría de Elefante blanco, criándola y domesticándola con dedicación durante años.
Un día, el rey del pueblo cercano quiso que le diera ese Elefante; el domador se negó y fue con él a un lugar desierto.
Los hombres del rey lo persiguieron, sin embargo, y lo atacaron entre muchos. Pero el Elefante, a ver que su dueño había sido herido, daba vueltas en torno a su cuidador a la manera de hombres armados que cubren al camarada caído; mató a nuchos atacantes y a los otros los puso en fuga.
Luego tomó con su trompa al hombre y lo llevó al establo, donde permaneció a su lado.

Cuando Poro, rey de los Indos, recibió numerosas heridas en la batalla contra Alejandro, su Elefante le sacaba tranquila y cuidadosamente las lanzas con la trompa. Y a pesar de tener él también muchas heridas, siguió haciendo esto hasta que el rey estuvo en trance de muerte. El Elefante entonces se acostó junto a ál, para evitar que cayera desde cierta altura.
El de Pirro de Épiro: con la muerte de su amo, en la batalla de Argos, le quitó a sus enemigos los restos mortales del hombre caído para llevarlos con los amigos del soldado muerto.
El dueño de un Elefante doméstico, estando casado con una mujer un tanto vieja pero rica, se enamoró de otra. Estranguló a la anciana para que la fortuna pasara a su nueva esposa y enterró luego el cadáver cerca de donde vivía el Elefante.
Pero éste condujo a la recién llegada al sitio de la fosa y desenterró él mismo a la anciana.

Águilas:
Cuenta Filarco que un niño muy aficionado a las aves recibió como regalo un Aguilucho. Cuidaba el niño al ave -y le daba comida variada- como si fuera un hermano menor.
Un día, por desgracia, el muchacho enfermó... El Águila, que casi no se movía de su lado, lo cuidaba todo lo que podía.
Pero el niño murió por la enfermedad. Entonces el Águila lo acompañó mientras lo llevaban a la tumba, y cuando se le incineró, se arrojó también a las llamas.

Otras aves:
Un hombre casado con una mujer llamada Alcínoe emprendió un viaje. Alcínoe lo engañaba con uno de los criados y fue una Cigüeña que vivía también allí, al ver esto, quien hizo justicia arrancándole los ojos al criado.


Leones:
El León comparte su camino con el moro y bebe agua de la misma fuente. También entra a pedir comida en casas de los pobladores si no la consiguió cazando... Incluso llegan a entender algo el idioma de ellos.
Todo esto se debe a que de cachorros comparten con los hijos de los moros comida, techo y lugar para dormir.

Cuenta Juba I, rey de Numidia, que durante una campaña a través del desierto, uno de sus soldados hirió a un León lanzándole su jabalina. Al año siguiente, el mismo León vio pasar a su atacante de regreso con el ejército y se dirigió únicamente hacia él para matarlo, ignorando a todos los demás.
Una Osa, cuenta Eudemo, mató a los hijos de una pareja de Leones. Los padres, al volver de su cacería y ver lo ocurrido persiguieron a la Osa hasta un árbol, al que ella había trepado.
La Leona entonces permaneció vigilándola mientras el León fue por los montes hasta que encontró a un leñador. El León, sin hacerle el menor daño, le convenció de que lo siguiera llevando su hacha, además.

Al verlos llegar, la Leona también se acercó al hombre, rogándole que los ayudara.
El leñador por fin comprendió todo: hizo caer a la Osa, a quien entonces la pareja destrozó, y luego el mismo León acompañó al hombre al lugar donde lo había encontrado.

Otros felinos:
Un Leopardo fue criado de pequeño, por un cazador. Cierto día, el hombre le trajo un Cabrito vivo para que lo comiera. Sin embargo, la fiera se contuvo, porque ahíta como estaba, le era forzoso abstenerse.
Hizo lo mismo al día siguiente, porque todavía necesitaba la medicina de la privación. Al tercer día sintió hambre, sensación que demostraba como es usual, con rugidos; no tocó sin embargo, al Cabrito que durante dos días había sido su amigo, aunque aceptó otro.


Serpientes:
Una Serpiente criada junto a un niño -llevada por los padres de él a un bosque al ver que había crecido demasiado-, lo encontró años después siendo atacado por ladrones. La Serpiente acudió prontamente en su ayuda, matando a algunos de ellos, limpiando las heridas de su amigo y acompañándolo a través del bosque hostil.

lunes, 16 de abril de 2012

"The Tragedy of a Hunter"

" remember the old good times, before the Fifties, I guess; those years my Retriever and I used to go every morning near the lake where we would always find three or four nice Ducks
and return with them to the cabin, where they would be soon a tasty meal (well, just one or two) because actually the others didn't look very good.



But what happened to all the Dogs, who always wanted to grab the prey quickly and run back to us, to leave the dead Duck in front of us and sometimes receiving something as reward?
Now they started to do a disaster with the hunting pride, evidently forgetting the normal behaviour of a good Retriever, or a Pointer.
How can they go with them so friendly?

 





How can they kill my profession just like that?



And how? ...HOW, can any Dog do this with Ducks???
With what I saw here, I must say regretfully... End of me and my job.

http://www.youtube.com/watch?v=YrFqLh5XOsA

http://www.youtube.com/watch?v=Hy5451ou4uo

http://www.youtube.com/watch?v=-xANSPuWtBs

http://www.youtube.com/watch?v=JSuhcTLf6XI


Apart from the tragic story, of course, all the Dogs here
did what they had to do.